Resumen Diario 1
Para que el día no fuera sólo conducir por la N1 (también llamada Ring Road, que es la carretera que da la vuelta a la isla), decidimos alargar la ruta 78km. desviándonos en la península de de Vatnsnes, con la intención de avistar focas, ya que el día anterior nos quedamos con las ganas de verlas más cerca.
Focas no vimos ni una, pero si algo nos impactó de la carretera 711, además de su belleza paisajística, fue que una vez pasado el pueblo que hay a la entrada de la península no nos cruzamos un solo coche hasta volver a la Ring Road. También es cierto que de los tres sitios a los que se supone que teníamos que ir a ver las focas, a dos no pudimos acceder, porque las carreteras estaban cerradas en invierno. Los lugares aparecen en google maps como: Illugastadir seal watching y Hvitserkur, del tercer lugar os doy las coordenadas de la intersección donde nosotros no pudimos girar: 65°40’24.8″N 20°41’29.1″W. Si lo poneis así en google maps os marca el sitio también.
Grettislaug no solo era una poza sino también un camping,
En la ruta que habíamos planificado la idea era desviarnos de a Ring Road e ir por la península de Trollaskagi (carreteras 76 y 82) con paisajes más bonitos al ir por la costa. Además, queríamos probar la piscina de Hofsos que dicen que es la mejor de Islandia,
La primera parada fue la granja de Glaumbaer, hoy en día es un museo que relata la vida rural de los granjeros de los siglos XVIII y XIX, conservan también los antiguos utensilios y mobiliario de la época. Tenía muchas ganas de ver de cerca estas casitas con techo de cesped .
Godafoss
yendo a la doble catarata de Godafoss, paramos primero en el lado oeste, que fue la primera indicación que vimos, y nos acercamos, sufriendo mucho, lo más que pudimos, el sendero era una pista de patinaje y al viento se le sumo el agua de la catarata, con lo cual nos pusimos chorreando, así que ni hablar de sacar la cámara.
Desde allí montamos en la furgo y solo hay que cruzar un puente, girar en la gasolinera y conducir hasta un parking para emprender el camino que te lleva hasta las vistas del lado este. Las vistas desde aquí son magníficas, a pesar de estar mas lejos, la perspectiva es maravillosa.
Myvatn.
Al llegar vimos un par de carteles de prohibido pernoctar con caravana y decidimos pagar un camping antes que arriesgarnos a una multa, fuimos al Hlid Hostel, que costaba 1600 coronas por persona,
La idea era aprovechar ese sol magnífico e ir ver una puesta de sol a Dimmuborgir.
No sabíamos por donde empezar porque había tantas cosas que ver en los alrededores de Myvatn que estábamos indecisos, acabamos yendo al área geotermal de Hveir, hacía frío y nos atraía más la idea de pisar tierra calentita.
Hay senderos marcados por los que caminar, es peligroso salirse y «meter la pata» en un agujero de lodo hirviendo. El paisaje es hipnótico, entre eso y la olor del azufre parece que estás otro mundo. Lo que más nos gustó fueron las fumarolas
Se le ocurrió tocar las piedras para comprobar la temperatura y comprobó que estaba ardiendo.
También impresionan las solfataras, que son pozos de barro hirviendo
Desde ahí nos fuimos a la cueva de Grjótagjá, donde Jon Snow y la salvaje Ygritte hacen el amor en juego de tronos. No nos salio ninguna foto aceptable pero seguro que todos habéis visto la serie y os acordareis del sitio.
La idea era bañarnos, a pesar de que está prohibido, pero estaban rodando un video musical y fueron tan amables de salir para que pudiéramos disfrutar de la cueva, que no era plan de bañarnos.
Es un lugar precioso, no os lo perdáis.
Muy cerca está otra cueva, Storogjia. Os dejo las coordenadas del parking, en el que apenas cabrán tres o cuatro coches:
65°38’23.4″N 16°54’34.5″W
Luego solo hay que caminar recto, veréis una brecha en la tierra, seguirla hasta llegar a unas escaleras. Para mí lo de menos fue la cueva no pensaba bañarme porque había leido en internet de que esta contaminada por la bacteria E. coli, quizá no sea cierto pero no íbamos a arriesgarnos, aunque seguramente sea mentira, porque había una cuerda para bajar a la cueva y ningún cartel de peligro. El paseo en sí por el cañón es muy bonito, os lo recomiendo.
nos decidimos por el crater Viti. La empinada carretera hasta el cráter estaba cortada, así que tuvimos que subir la cuesta andando, fue durillo pero sólo el primer tramo, una vez arriba era todo llano. La mayoría de la gente llegó hasta el mirador y se volvió, sólo nosotros y un chino al que íbamos siguiendo continuamos hasta el cráter.
Resultó que el lago estaba helado, así que no pudimos ver ese azul maravilloso que sale en todas las postales, pero igualmente era un espectáculo estar al borde de semejante cráter.
Dettifoss
partimos rumbo a la catarata de Dettifoss, nuestra idea era subir por la carretera 862 (sabíamos que la 864 estaba cortada en invierno) hasta el cañon de Ásbyrgi y de ahí ir hasta Husavik a pasar la noche.
Husavik
La carretera 85 es de quitar el hipo, así que, aunque era un poco tarde, pasamos de largo Husavik, donde teníamos pensado pasar la noche, y seguimos hasta el cañón de Aysbirgi. De camino paramos en algún mirador, pero toda la carretera en sí es un gran mirador.
Llegamos a Aysbirgi cuando faltaba poco para el atardecer, hicimos el camino que va por dentro del cañón, el cual tiene forma de herradura y la leyenda cuenta que es la huella del caballo de Odin.
Resumen Diario 2
Norte / Mývatn
Cascada de Dettifoss, asbyrgi,( Hafragilsfoss, Hljódarklettar), Húsavík (avistamiento de ballenas), Jardbödin ( Mývatn Nature Baths) y lago Mývatn. Noche Mývatn.
Empezamos el día en dettifoss
Y después rumbo al cañón de asbyrgi, a estas alturas estas carreteras no asustaban salvo por si te salían animales
Después nos dirigimos a husavik a montarnos en un barco a ver ballenas 75 euros las 3 horas, caro como todo pero creo que si merece la pena si te gusta la naturaleza y los animales
Y después rumbo al lago Mývatn. Y para terminar el día a Mývatn Nature Baths, sus termas que son parecidas al blue lagoon pero más baratas unos 30 euros persona, es una gozada ir viendo cómo va bajando la temperatura y se hace de “no noche” mientras estas en agua calentita, en esta foto serian ya las 22
Mývatn
Volcán viti, Namafjall, cueva de Grjótagjá, laberinto de Dimmuborir, Lofthellir, cráteres Skutustadir, cascada Goðafoss. Akureyri dormir en hofsos
Resumen Diario 3
CASCADA DETTIFOSS – CAÑÓN ASBYRGI – ZONA GEOTÉRMICA DE KRAFLA Y HVERIR – LAGO MYVATN – DIMMUBORGIR – STORAGJA Y GRJOTAGJA – SKUTUSTADIR FARMHOLIDAYS
Dettifoss.
Nuestro primer punto del día era la catarata más imponente de Islandia en cuanto a su caudal de agua y la fuerza de sus 44 metros de caída. La primera parte del camino por la N1 discurría por largas rectas y con la vista de numerosas montañas y cráteres lejanos a los que poco a poco nos acercábamos. Las verdes montañas y sus innumerables caídas de agua del sur y este del país daban paso a largas y yermas extensiones de roca volcánica, asemejándose a llanuras marcianas.
Las señales de civilización se distanciaban decenas y decenas de kilómetros entre sí. Nos cruzamos con pocos coches en esta zona más deshabitada de la isla. Tan solo los bonitos caballos islandeses y las ovejas seguían haciéndonos pensar que estábamos en la tierra.
Tras 140 kilómetros por aquellas tierras tomamos el desvío de la carretera de grava 864 que nos conduciría a Dettifoss y más adelante al cañón Asbyrgi. La pista no era demasiado bacheada aunque había que llevar cuidado con algún agujero y con las piedras que soltaban otros coches. En cosa de media hora llegamos al parking de la cascada.
Ya desde que bajas del coche, el estruendo y la cortina de agua pulverizada que se siente, hace intuir las dimensiones que debe tener Dettifoss. Un pequeño sendero te acerca al abismo. La sensación de estar frente a aquella masa de agua cayendo es abrumadora. Habíamos estado en Niagara y sin duda aquella era mucho más grande. Sin embargo aquí estabas frente a ella, sin vayas, sin protecciones, sin apenas gente. Era la precaución la que te decía hasta dónde llegar. Esto es lo que más me gusto de Islandia. Naturaleza salvaje en estado puro y, nosotros, dentro de ella.
Estuvimos cerca de una hora tirando fotos.
Cañón de Asbyrgi.
Continuamos por la carretera de grava 864 y en poco más de media hora nos encontramos con el cañón de Asbyrgi. Un lugar con infinidad de rutas que realizar dependiendo del tiempo que tengáis. En la entrada al cañón hay un punto de información y atención al viajero. Nosotros lo pasamos de largo y fuimos directos a las entrañas de aquella basta extensión boscosa encajada entre paredes de roca. Ásbyrgi es una maravilla de la naturaleza, un inmenso cañón en forma de herradura con acantilados enfrentados de hasta 100 m de altura. Es un gigante es 3,5 km de largo y más de 1 km de ancho.
Cuenta la leyenda que el gigantesco caballo de Odin, Sleipnir, puso aquí su pezuña
dejando este bello cañón como marca de sus poderosas patas. Que fantásticos son estos islandeses.
Aparcamos el coche casi al final de aquella herradura en un pequeño parking donde salían distintas rutas a pie. Primero nos dirigimos a Botnstjörn, un pequeño estanque, rodeado de exuberante vegetación donde nos detuvimos a ver algo tan sencillo como unos patos jugando. Desde allí se veía gente casi en lo alto del cañón donde debía de haber grandes vistas a toda la extensión, así es que allí que fuimos. En el punto donde finaliza la extensión se encontraba en un alto, una pequeña plataforma natural donde pudimos fotografiar casi todo el cañón. Se trataba de una formación rocosa conocida como Eyjan (la isla) que se eleva desde el centro de Ásbyrgi, hasta 250 m de ancho.
Con esto dimos por concluida la visita al cañón, aunque insisto en que hay numerosos senderos por donde perderse entre la vegetación de sus zonas boscosas, que parecen trasladarte a un lugar tropical.
Cogimos en esta ocasión la carretera 862 con la intención de parar en el otro extremo de Dettifoss y ver la cascada Selfoss que se encuentra a escasos metros. En un principio la carretera parecía igual que la 864, con grava y algo bacheada pero fácil de transitar. Pero eso fue solo un espejismo. Unos pocos kilómetros más adelante la carretera se estrecha hasta el punto de solo haber sitio para un coche y con enormes baches y rocas en el camino que no permitían pasar de 30/40 km/h. Y esta tortura hasta justo el desvío de las cascadas, donde la carretera ya era asfaltada hasta la N1. Finalmente decidimos seguir hacia la zona del lago Myvatn donde nos esperaban numerosas atracciones que visitar.
Zona volcánica de Krafla: Solfataras y cráter Leirhnjúkur. Cráter Krafla y Viti y sus lagunas.
Una vez en la N1 y poco después de 20 km llegamos a la zona geotérmica de los alrededores del lago Myvatn. Primero nos dirigimos hacia la zona del volcán Krafla y las sulfuraras que se encuentran junto al cráter llamado Leirhnjúkur.
Krafla es un volcán de fisura que da nombre a toda la zona que se encuentra sobre una enorme caldera magmática todavía activa. Desde 1724, los por entonces colonos de Islandia, fueron testigos de la gran erupción que sumió toda la zona de enormes campos de lava que dio nombre a la zona (Myvatnseldar o Fuegos de Myvatn) y que con mayor o menor regularidad se han sucedido hasta finales del siglo pasado.
Evidentemente, según nos acercamos, lo primero que se ve es la planta de energía geotérmica que el gobierno islandés ha construido aquí para aprovechar la fuerza y energía que fluye bajo estas tierras. Aunque lo primero que se siente es el olor a huevo podrido que inunda la zona debido al azufre que contiene estas tierras.
Dejamos el coche en el parking antes de llegar al cono volcánico del cráter Krafla dónde iríamos después y nos dirigimos por un sendero de lamas de madera hacia el cráter Leirhnjúkur y las Solfataras. Habíamos leído que esta zona era algo peligrosa ya que se considera activa y recomendaban no salir de los senderos ya que el terreno podía estar hirviendo y ser inestable. Según nos acercábamos nos dimos cuenta. No se me iba a ocurrir pisar en esas calderas de lodo y agua hirviendo. Un paisaje totalmente marciano entre coladas de lava, tierras de diferentes colores burbujeantes y numerosos cráteres, muchos de ellos con un pasado muy reciente, y es que aquella zona activa dio muestras de su fuerza estallando en diferentes etapas de mediados del siglo pasado hasta hace no mucho. El sendero continúa por el cráter Leirhnjúkur humeante entre las rocas negras y la lava solidificada. Un recorrido verdaderamente alucinante casi en solitario una vez más.
Volvimos al coche para desplazarnos poco menos de 1 kilómetro que nos separaba del parking situado a los pies del cono volcánico del cráter Krafla que da nombre a la zona y la laguna de su interior Viti. Este cráter tiene su origen en la primera erupción de 1724 y aunque puede parecer una pequeña montaña, forma parte de un sistema de grietas constituyendo de norte a sur un cráter de fisura que se prolonga sobre una caldera ígnea, que en cualquier momento puede estallar provocando grietas y deformaciones de terreno por las que fluirían extensas y violentas coladas de lava.
El diámetro del cono del cráter tiene 320 metros y se recorre por un sendero que le da la vuelta. Allá que nos fuimos a disfrutar de las vistas de toda la zona geotermal y el azul lago de la caldera.
De vuelta a la N1 para seguir disfrutando de los alrededores del lago Myvatn, encontramos una cosa muy curiosa y graciosa. En el margen de la carretera aparecía una ducha de la que salía un chorro de agua. Por supuesto, el chorro salía muy caliente. Una forma muy visual de enseñar cómo se aprovechan de la fuerza y energía de la tierra en Islandia, donde el agua caliente llega a las casas sin necesidad de utilizar energía para calentarla.
Zona geotérmica Hverir.
Llegamos en 10 minutos al parking y la intensidad del olor a huevo podrido se intensificó. Numerosas fumarolas de gases emanaban con fuerza del suelo aireando ese nauseabundo olor al ambiente. La fuerza con la que salía era espectacular. El terreno estaba salpicado, además, de pozas de lodo y agua hirviendo, todo en un tono amarillento, indicativo de áreas sulfurosas. Paseamos por la zona con la boca abierta (y la nariz tapada) haciendo fotos como chinos a cada una de estas maravillas. En
frente se encontraba la montaña Namafjal desde donde habría unas vistas privilegiadas de la zona, pero que decidimos no subir para continuar nuestro camino.
Los manantiales Stóragjá y Grjótagja.
Lo bueno de esta zona es que hay multitud de lugares interesantes en escasos kilómetros, lo que facilita hacerte una idea de la parte volcánica de la isla en un intenso día. En poco más de 5 minutos llegamos a nuestro siguiente destino. Stóragjá y Grjótagja están cerca de la zona de Hverir. De hecho, un camino une esta zona con los manantiales a través de Namanfjal para ir andando. Son dos fallas que formaron cuevas con manantiales de agua hirviendo a las que se puede acceder por unas escaleras naturales de rocas con mucho cuidado.
Según dejamos el coche en el parking nos percatamos de la compañía que íbamos a tener hasta que nos alejáramos de las proximidades del lago Myvatn: las moscas. Myvatn significa moscas. En algunos momentos llegaba a ser agobiante tenerlas por todas partes.
Nos metimos en la primera grieta casi para esquivar a las moscas. Una pequeña cavidad con un lago de un preciso azul se nos apareció. Bajamos al borde del agua para tocarlo y efectivamente estaba muyyyy caliente. Habíamos leído que hay gente que se baña en estos manantiales, pero últimamente las temperaturas han subido llegando a los 70 °C-50 °C, por lo que deben probar antes el agua por si hierve. No era el caso. Yo creo que se podía bañar uno allí. En los carteles de fuera ponía que estaba prohibido y que aquello era una zona privada perteneciente a una granja cercana. Cuando fuimos a la otra cavidad, cuál es nuestra sorpresa, cuando vimos a dos mujeres bañándose como dios las trajo al mundo. Nosotros seguimos bajando para ver esa otra grieta y su lago, pero las mujeres no estaban muy conformes con la presencia de unos guiris y empezaron a gritarnos que eso era propiedad privada, que si estaban desnudas, que si patatín….así es que tras una breve discusión decidimos dejarlas allí con su papo arrugado en remojo en aquellas aguas calentitas.
Dimmuborgir
ras el pequeño incidente en las cuevas nos dirigimos en pocos minutos a Dimmuborgir, castillos oscuros o castillos negros, por la carretera que bordea el lago. Este lugar es un gran campo de lava, laberinto natural de raras y misteriosas formaciones, y su creación no lo es menos. Threngslaborgir es un volcán de fisura, Ludentarborgir es una hilera de cráteres de esta fisura. Cuando hace más de 2000 años erupcionaron, la lava que expulsaron avanzó sobre lava antigua del Hverfjall (cráter que recorreríamos mañana) acumulándose en la cuenca de Dimmuborgir formando un lago de lava cuya superficie se iba enfriando mientras el resto permanecía aún líquido y caliente. Este lugar está lleno de pilares de lava que son debidos a la acción del vapor que escapaba a través de la lava fundida y la enfriaba al atravesarla y en los que hay marcas que iba dejando la corteza solidificada de la superficie conforme iba descendiendo el nivel de este lago ardiente, aparte de cubrirlos con escorias. Cuando el lago de lava se vació rápidamente fue dejando estructuras huecas y formaciones con tubos de lava de anteriores erupciones.
Hay tres senderos, de menor a mayor longitud. El que llega al círculo de la iglesia es la ruta Kirkjan de 2,25 km. Los senderos se encuentran muy bien indicados y existen delimitaciones para no invadir espacios peligrosos o no estropear algún portal delicado. Nosotros dimos una vuelta por este sendero sin llegar a su fin. Pero suficiente para ver lo caprichosa que es la naturaleza dando aquellas formas a la lava al enfriarse. Precioso lugar que recorrimos absolutamente en solitario.
Cuando volvimos a la carretera que bordeaba el lago estaba atardeciendo sobre el lago Myvatn y aprovechamos un mirador sobre la península Hofdi, donde existe un pequeño bosque de abedules y abetos que finaliza en su extremo en unos pináculos de lava que se adentran en el agua.
Con esta bella imagen dimos por concluido el día, después de escupir alguna mosca de la boca. Quizá uno de los más intensos en cuanto a la gran cantidad de lugares que visitamos.
Cascada Godafoss.
En cada uno de nuestros días teníamos señaladas en el camino al menos una gran cascada. Islandia está repleta de grandes caídas de agua para los amantes de este fenómeno de la naturaleza como nosotros. Es más, aún se siguen descubriendo nuevas caídas de agua impresionantes en las zonas altas del centro del país, que por su inaccesibilidad no se habían descubierto hasta ahora.
Y hoy tocaba una de las grandes. Godafoss no es solo una de las más espectaculares por su amplitud (30 metros separados por una formación rocosa que la divide en dos) o por su potente caudal que en solo 12 metros de caída rompe con gran fuerza levantando una gran nube de agua. Godafoss es quizá una de las cascadas con más historia de esta isla, y es que fue aquí donde, allá por el año 1000, se oficializó la cristianización de Islandia, lanzando al fondo de la cascada los iconos paganos que hasta ese momento se erigían como dioses de los islandeses. De ahí el nombre de «Cascada de los Dioses».
Aparcamos el coche en el segundo aparcamiento. Antes hay otro parking con gasolinera, tienda de suvenires, cafetería. Se puede acceder por los dos márgenes del río. Nosotros fuimos por el derecho ya que te acercabas más al borde de la caída tras
un sencillo sendero. Y como nos gusta el riesgo pues al borde que fuimos. Aunque no estaba saturada, ni mucho menos, había un par de autobuses de excursiones. Se notaba que es un punto turístico fuerte en la zona norte de la isla. Estuvimos un buen rato disfrutando del lugar y haciendo fotos. Después retomamos camino hacia la siguiente cascada, la desconocida Aldeyjarfoss.
Avistamiento de ballenas
En bote 160 euros, en barco 90. En Husavik es mar abierto. En Akureyri es en el fiordo.
Resumen Diario 5
Akureyri heladería
El jardín botánico:
Brynja, la famosa heladería. No tienen muchos sabores diferentes pero lo bueno es que están hechos de crema en lugar de leche, y tengo que decir que yo no soy mucho de helados pero éstos estaban increíblemente buenos!!!!!
Es una ciudad en la que te quedarías varios días con mucho gusto, la verdad…pero nuestro siguiente destino nos esperaba…la cascada de los Dioses: Godafoss!!!
Tuvimos suerte porque nos encontramos con personas que la habían visto con niebla y evidentemente pierde mucho encanto, pero nosotros pudimos disfrutarla en todo su esplendor. Aunque no es la más espectacular, tiene una belleza especial que no sabría explicar…tengo que decir que cuando llegué, me sentí un poco decepcionada. Pero ese sentimiento se fue evadiendo a medida que la iba mirando una y otra vez…es de esas cascadas que igual no te sorprenden tanto de entrada pero que saben enamorarte con el paso del tiempo. Aunque como todo, es una opinión personal, evidentemente.
Una de las cosas que más me gustaron es que puedes cruzar al otro lado y observarla desde otra perspectiva. El color del río y las pequeñas cascadas que hay más abajo hicieran que me encantara todo el conjunto más que la cascada en si…
Tras un buen rato mirando y admirando Godafoss, nos dirigimos a Húsavik a realizar la excursión de avistamiento de ballenas. El puerto de esta ciudad (si se le puede llamar ciudad) es una monería, y tiene un restaurante justo delante de donde salen los barcos que se llama Gamli Baukur y al que nos habían recomendado comer. Después de la excursión pensábamos comer por todo lo alto y probar una de las especialidades del país: el pescado
Existen varias opciones para el avistamiento de ballenas, y nosotros nos decantamos por la empresa North Sailing (por horario era la que nos iba mejor, ya que tenían salida a las 15h y no tendríamos que esperar tanto). Esta es de nuevo una opinión muy personal y quizá fue mi culpa por ponerme unas expectativas muy altas, pero la verdad es que me decepcionó un poco…soy consciente que es cosa mía y que ya es un lujo si consigues ver alguna ballena, pero por 75€ que pagamos, la verdad es que me aburrí un poco. Es la naturaleza y no se puede predecir, eso está claro y no lo cambiaría por nada, pero si lo llego a saber, hubiera pagado un poco más y hubiera cogido las lanchas rápidas que ofrecían los de Gentle Giants. Lo digo porque las ballenas jorobadas no nadan en grupo en esta bahía porque no vienen a reproducirse, vienen a comer. Entonces vas con un barco a motor pero que es lento, y cuando ves una ballena a lo lejos, una vez consigues llegar ésta ha vuelto a las profundidades y tienes que esperar 10-15 minutos para que vuelva a la superfície a respirar, por lo que puede salir de nuevo más lejos y te pasas 4 horas persiguiendo una ballena que apenas consigues ver.
Vimos a lo lejos dos barcos que tenían un par de ballenas que no paraban de saltar, eso es realmente raro y pienso que tuvieron muchísima suerte. Yo tampoco me quejo, pues al irnos aún tuvimos suerte de acercarnos a una y pudimos verla realmente bien. Pero lo dicho, de las 4-5h que dura la excursión, son 5 minutos de emoción, el resto navegando persiguiendo a alguna ballena. Por eso digo que para «tirar» 75€, mejor pagar 100€ y poder ir en una lancha rápida para que cuando veas una ballena, en 2 minutos puedas estar allí.
Eso si, la guía muy maja y a la vuelta nos dieron chocolate caliente y un bollo de canela, que supongo que debe entrar de lujo en días muy frío (por suerte no fue nuestro caso). Y tengo que decir que navegar por esa bahía es una preciosa experiencia
Pero vuelvo a repetir que es una experiencia personal y no me gustaría condicionar a alguien, igual mi culpa ha sido de pensar que vería 20 ballenas saltando y podría hasta tocarlas ajajajaja mi novio por ejemplo quedó encantado
Y como lo prometido es deuda, al llegar nos dimos todo un homenaje para cenar. Yo pedí la pesca del día y no quedé nada decepcionada…estaba increíble!!!!! Y con vinito blanco de nuestra tierra incluido jejejeje
Ciao Húsavik!!!
Después de este intenso día nos dirigimos a Asbyrgi y dormimos en el camping que hay en la entrada al cañón que discurre desde Asbyrgi hasta Dettifoss. El camping no estaba mal pero fue una de las noches más frías que recuerdo